EVALUACIÓN EDUCATIVA. MI VISIÓN E INSTRUMENTOS



PRINCIPIOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS DE LA EVALUACIÓN

El concepto de evaluación es muy variado y difícil de definir, pero es un proceso inevitable en nuestros días, si se quiere mejorar. La evaluación se puede entender de diversas maneras, dependiendo de las necesidades, propósitos u objetivos del proceso enseñanza-aprendizaje llevado a cabo por el maestro o implementado por  la institución educativa, entre ellos figuran el control y la medición, la rendición de cuentas, etc. Así dependiendo de cada situación se puede realizar una valoración, una medición o la combinación de ambas.

Según la Evaluation Research Society y el Joint Committee on Standards for Educational Evaluation existen dos premisas básicas en la evaluación (Stufflebeam y Shinkfield, 1995):

  •     La evaluación es una actividad humana esencial e inevitable.
  •     Una evaluación solvente proporciona una comprensión más amplia y una mejora de la educación.
Estas instituciones, en Stufflebeam y Shinkfield (1995), también aconsejan que la evaluación cumpla con su objetivo u objetivos debe cumplir 4 condiciones principales:
  • Ser útil (que arroje información para mejorar)
  • Ser factible (procedimientos fáciles de usar)
  • Ser ética (con compromisos explícitos sobre protección de los derechos de las partes implicadas y la honradez de los resultados)
  • Ser exacta (describir el objeto en su evolución y contexto, no tener influencias y proporcionar conclusiones)
Estas normas pueden aplicarse en cualquier etapa del proceso evaluativo.

Tras la lectura de Castillo y Cabrerizo (2009), y de las muchas y diversas definiciones del concepto de evaluación quiero compartir las siguientes porque en ellas se puede apreciar la evolución del análisis y desarrollo del concepto a lo largo de los últimos años:
  • Evaluar en educación significa definir, determinar o valorar cualquier faceta de la estructura, el proceso o el producto educacional en función de unos criterios previamente establecidos” (De la Orden, 1972)
  • Proceso que provee de razones para una correcta toma de decisiones” (Nevo, 1983)
  • La evaluación consiste en el proceso y resultado de la recogida de información sobre un estudiante o un grupo de clase con la finalidad de tomar decisiones que afecten a la situaciones de enseñanza” (Rodríguez Diéguez, 1998)
  • La evaluación es un seguimiento continuo y sistemático que se le hace para identificar los logros y las dificultades presentadas en el proceso y poder tomar decisiones que lleven a un mejoramiento de localidad educativa” (Serpa Naya, 2008)

Mi definición personal de evaluación, siguiendo a los autores, tiene que ver o se ajusta a “un proceso, y seguimiento, continuo de los logros y dificultades de un estudiante o grupo de clase, desde unos criterios previamente establecidos, con la intención de valorar la estructura y el proceso de enseñanza-aprendizaje y así poder tomar decisiones para mejorar el programa y el entorno educativo, y beneficiar el desarrollo integral de los estudiantes

La evaluación es una actividad que en el ámbito educativo ha pasado de ser secundaria a convertirse en algo fundamental en todo proceso de enseñanza-aprendizaje. Así también queda muy clara dicha evolución en el recorrido histórico realizado por Garanto (1989).
En la evolución de la evaluación se observa que primero el acento era sobre el estudiante, después se le sumó el maestro y su labor educativa, a continuación se tuvo en cuenta también el ambiente de aprendizaje y finalmente, la puesta en práctica de los conocimientos teóricos adquiridos.
Por lo tanto se puede decir que la evaluación es un proceso dinámico, abierto, global, contextualizado, continuo en un período de tiempo determinado, que busca obtener información (binomio estudiante-docente o personalización, objetivos cumplidos, competencias básicas adquiridas…) para formular juicios de valor y tomar decisiones adecuadas de mejora. Todo ello sin olvidar las preguntas básicas:


·      ¿Cuándo evaluar? (momento)
·      ¿Para qué evaluar? (funciones)
·      ¿Qué evaluar? (contenidos)
·      ¿Cómo evaluar? (procedimientos)
·      ¿Con qué evaluar? (técnicas y herramientas)
·      ¿Quiénes evalúan? (ejecutores)


Cualquier tipo de evaluación que se realice en el ámbito educativo, debe cumplir con funciones como las que se cita a Díaz Barriga (1999):
  • Función de diagnóstico: Debe servir a las autoridades académicas de orientación o de guía para tomar decisiones y acciones buscando el mejoramiento de la calidad de la educación. 
  • Función instructiva: Las personas que participan en el proceso, se forman y aprenden estrategias de evaluación. 
  • Función educativa: A partir de los resultados de la evaluación puede trazarse una estrategia para erradicar las insuficiencias que se han señalado en el desempeño profesional del profesorado. 
  • Función autoformadora: Se ofrecen lineamientos para que el personal docente oriente su quehacer académico, sus características personales y para mejorar sus resultados, autoevaluando permanentemente su desempeño, aprendiendo de sus errores y siendo más consciente de su papel como responsable de diseñar y ejecutar el currículum.

Por su finalidad la evaluación puede ser diagnóstica (qué sabe el estudiante antes de empezar - previa), formativa (qué está aprendiendo – durante) y sumativa (qué aprendió al final del proceso – posterior). Tras leer el documento de Pimienta, y revisar las evaluaciones que aplico, la que más uso, y me gusta, es la heteroevaluación formativa en su aspecto de estandar criterial (aunque la universidad en la que trabajo prima más la normativa).  Durante lo que dura la materia online que imparto les solicito a los estudiantes desarrollar diversos trabajos o tareas para que yo pueda obtener evidencias del proceso de aprendizaje y así poder medir el alcance de los objetivos prefijados. También esta medición me permite ver donde es necesario reforzar el proceso para que desde la retroalimentación continua mejoren los propios estudiantes, y el proceso en sí. Soy el único que evalúa a mi grupo y en las actividades pongo más énfasis en la conclusiones y reflexiones personales de los estudiantes sobre los temas desarrollados. Para mi la evaluación sumativa solo sirve para mejorar la calificación de los estudiantes.


Desde el concepto de retroalimentación, que procede del mundo de la ingeniería de sistemas, como proceso de regulación aplicado a la evaluación, los investigadores y maestros quieren ayudar a los estudiantes a aprender y a conocerse a sí mismos; reforzando los siguientes puntos:
  • Colocar al estudiante como centro del proceso de evaluación.
  • Motivar a los estudiantes, desde su autoconocimiento (destrezas y debilidades), que se hagan responsables de su aprendizaje.
  • Establecer criterios y objetivos claros, compartidos y específicos, para valores, procesos y resultados del aprendizaje.
  • Favorecer los procesos metacognitivos de los aprendizajes.
  • Identificar y posicionar el papel fundamental de la retroalimentación.

Los principales aspectos que el docente debe de tener en cuenta en la retroalimentación son: 
  1. Impacto de la retroalimentación: ¿Sobre qué impacta la retroalimentación?
  2. Distribución de la retroalimentación: Calidad vs. cantidad.
  3. ¿La retroalimentación mira al pasado o trabaja por el futuro?
  4. ¿Qué decisiones toma el estudiante con la información que recibe el estudiante de la retroalimentación?
  5. Retroalimentación: ¿individual o grupal?
  6. ¿Cómo se ofrece la retroalimentación? (Modos, maneras)
  7. Competencias de comunicación para ofrecer retroalimentación, ¿son necesarias?
a.    Diálogo como conversación.
b.    Diálogo como indagación.

Anijovich, además nos recuerda los factores y modos de intervención en la retroalimentación entre pares, propuestos por Topping:
  • Aspectos organizativos y de compromiso: Definir objetivos, planes, tiempos y espacios para llevar a cabo la retroalimentación.
  • Conflictos cognitivos: Que los que reciben la retroalimentación se enfrenten a desafíos cognitivos que les permitan revisar errores.
  • Andamiaje: Establecer actividades que permitan a los estudiantes consolidar sus conocimientos, sin abusar de los desafíos.
  • Habilidades de comunicación: Desarrollar habilidades de escucha, descripción, síntesis, argumentación… tanto para quien da como para quien recibe la retroalimentación.
  • Aspectos afectivos: Acompañar en un clima de confianza y corresponsabilidad.

Cuando la retroalimentación se realiza de forma sistematizada crea una forma de pensar más profunda y el estudiante se hace cargo de su aprendizaje, aumentando su autonomía. La retroalimentación ayuda al autoconocimiento (destrezas y habilidades), y así, aumentar experiencias y aprendizajes, llegando a un mayor desempeño.



TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN

Las técnicas de evaluación son un conjunto de acciones o procedimientos que permiten la obtención de datos (información relevante) sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes.
Las técnicas de evaluación pueden ser:
  • Formales: Se realizan al final de un periodo o unidad determinada, son más sofisticadas en su planeación y ejecución; y la información recopilada deriva de la valoración de los aprendizajes de los estudiantes (Observación sistemática; pruebas o exámenes tipo test; pruebas de ejecución)
  • Semiformales: Ejercicios y prácticas realizadas en clase o tareas fuera de la clase. Constituyen parte de las actividades de aprendizaje y requieren de tiempo para su preparación.
  • No Formales: No son acciones didácticas, ni requieren de preparación (observaciones espontáneas, conversaciones y diálogos; preguntas de exploración)
Mientras que los instrumentos de evaluación son las herramientas, el soporte físico que se utiliza para obtener la información sobre los aprendizajes esperados de los estudiantes. Deben evaluar aprendizajes significativos. Los instrumentos se pueden vincular o varias técnicas:
  • Técnicas no formales: Observación (registros anecdóticos, listas de control, fichas, diario de clase),  preguntas de exploración por parte del profesor…
  • Técnicas semiformales: Trabajos, tareas o actividades realizadas en clase o fuera de clase, evaluación de portafolios (monografías, ensayos, análisis de textos, proyectos, resolución de ejercicios, esquemas…)
  • Técnicas formales: Pruebas o exámenes (cuestionarios, exposición de tema, mapas conceptuales, evaluación del desempeño, rúbricas, listas de control y escalas…)
Tras este recorrido esquemático por las técnicas e instrumentos de evaluación expondré 2 instrumentos de evaluación nuevos que implementaré en mis materias en línea.


1)    Rúbrica

Es un instrumento de evaluación que puede ser utilizado tanto por las personas que evalúan como por las que son evaluadas en el contexto del salón de clases.  La rúbrica tiene tres características imprescindibles:
  • Criterios de evaluación.
  • Categorías de ejecución.
  • Especificaciones concretas de como se puede alcanzar cada categoría de evaluación y ejecución.
Este instrumento se usará cuando la actividad solicitada a los estudiantes sea un ensayo o resumen de los recursos de lectura proporcionados en el módulo. La puntuación máxima es 100, en el caso de que cumplan con los criterios de evaluación que son 5 (tiempo de entrega; estructura de la tarea y extensión de la misma, interlineado y tamaño de letra; ortografía y redacción; y originalidad atendiendo a que el estudiante desarrolle las ideas de manera personal y cite las fuentes consultadas) en sus categorías de ejecución más altas.
A continuación se expone la rúbrica:

Las categorías de ejecución se califican desde los 20 puntos, las más altas, y van disminuyendo de 2 en 2 puntos hasta la categoría más baja que son 12 puntos, sin contar con la calificación de cero antes mencionada.


2)    Lista de cotejo con escala de valoración

La lista de cotejo es un listado de características, cualidades o criterios sobre los que interesa determinar su presencia o ausencia en un producto o actividad.
Sus principales características son:
  • Se basa en la observación estructurada, partiendo de unos aspectos previamente establecidos que esperan observarse.
  • Se indica si el criterio está o no está presente. Pero al llevar una escala de valoración, además cada criterio tiene un puntaje, dependiendo si es observable o no en el producto o actividad.
Es un instrumento de fácil manejo para el docente porque implica marcar lo observado (lista de cotejo) y sumar los puntajes (escala de valoración). Es un buen instrumento para recoger información frente a acciones que queremos observar de manera permanente, cuando además interesa cuantificar su grado o intensidad.  
En este caso la siguiente lista de cotejo con escala de valoración se utilizaría para evaluar actividades o tareas como mapas conceptuales o presentaciones (power point, prezi, keynote…). Los criterios que se observarán son: tiempo de entrega; originalidad (creación propia del estudiante, que no haya indicios de copia-pega); que la tarea se haga en el formato solicitado (mapa conceptual, esquema, power point…); que cumpla con las normas ortográficas de la lengua española; uso de imágenes u otros apoyos audiovisuales; y que se haga referencia a los recursos consultados para la realización de la tarea. Cada criterio tiene un valor concreto (desde los 30 de la entrega hasta los 10 puntos de las referencias) siendo el sumatorio total  máximo 100 puntos.

CRITERIOS
VALORACIÓN
SI
NO
OBSERVACIONES
Se entregó a tiempo la tarea
30
(30)
(0)

La tarea es original, realizada por el estudiante sin usar copia-pega y citando a los autores consultados.
20
(20)
(0)

La tarea se entrega en el formato solicitado (mapa conceptual, presentación…)
15
(15)
(0)

La tarea usa imágenes u otros apoyos audiovisuales
15
(15)
(0)

La tarea cumple o respeta las normas ortográficas (tiene 3 errores o menos)
10
(10)
(0)

La tarea presenta las referencias de los recursos consultados
10
(10)
(0)




REFERENCIAS DOCUMENTALES

Anijovich, R. (Comp) (2010). La evaluación significativa. Barcelona: Ed. Paidós.

Castillo Arredondo, S. y Cabrerizo Diago, J. (2009). Evaluación educativa de aprendizajes y competencias. Madrid: Pearson Educación.

Díaz Barriga, A. (1999). Evaluación Académica: Organismos Internacionales y Política Educativa. México: UNAM.

Pimienta Prieto, J.H. (2008). Evaluación de los aprendizajes. Un enfoque basado en competencias. México: Pearson Educación.

Stufflebeam, D. y Shinkfield, A. (1995). Evaluación sistemática - Guía teórica y práctica. España: Centro de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia, Ed. Paidós.

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